El 23 de junio, coincidiendo con la Noche de San Juan, son muchos los dueños de mascotas que acuden a su centro veterinario para asesorarse sobre productos y medicamentos que puedan relajar a sus animales domésticos frente a la pirotecnia típica de esta festividad.
Según datos facilitados por VMS (Veterinary Management Studies) estos tratamientos aumentan en un 80%. Además, también aumentan las consultas al centro veterinario, donde los profesionales suelen recetar medicamentos ansiolíticos con el fin de evitar los temidos efectos de los petardos sobre las mascotas; taquicardia, temblores falta de aire, náuseas, aturdimiento, sensación de irrealidad, perdida de control y, en el peor de los casos, la muerte
Otro de los indeseados efectos de la pirotecnia en estas señaladas fechas es la huida de las mascotas (perros por lo general) de su domicilio. Según el AIAC (Archivo de Identificación de Animales de Cataluña) el aumento de avisos de animales perdidos durante este período supera el 78%. Un incremento del que también se hacen eco las protectoras, que llegan a registrar hasta un 137% de aumento de mascotas encontradas en vías urbanas e interurbanas.
El Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona emite un comunicado
La semana pasada, el Comité de la Veterinaria para la Protección de los Animales (CVPA), el Comité Asesor para la Clínica de Animales de Compañía (CC) y la Comisión de Protección de los Derechos de los Animales (CPDA) publicaron un comunicado para la protección de los animales frente a la pirotecnia.

En él, enfatizan en la sensibilidad de los animales frente a los ruidos; en el caso de los perros, su oído es cuatro veces superior al de un humano. El rango de audición de estos animales llega desde los 10.000 a los 50.000hz (mientras que en el humano solo llega desde los 16.000 hasta los 20.000hz). Además, “puede registrar 35.000 vibraciones por segundo”.
En el caso de los gatos, y más concretamente, de colonias felinas, el Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona (COVB) denuncian el maltrato animal que estas sufren, debido a que en ocasiones estos petardos se lanzan “directamente en estos lugares”.
Reacciones psicológicas y de fuga
Otro de los aspectos que se reflejan en el comunicado, es el “incumplimiento” de la regulación de ayuntamientos, responsables de autorizar y gestionar las zonas, horario y tipo de petardos que se pueden usar, por “la escasa vigilancia” existente.
Por ello, se recomienda limitar el uso de la pirotecnia clásica y “potenciar el uso de alternativas ya existentes, como la pirotecnia silenciosa”, dado que los efectos no deseados de estas festividades en animales afectan tanto a las reacciones psicológicas; ansiedad, miedo, angustia, taquicardia, hiperventilación o colapso, como a las reacciones de fuga; accidentes, atropellos, caídas, pérdidas o shock.
Finalmente, las entidades autoras del comunicado, plantean la necesidad de una regulación nueva, con un “reglamento concreto” para limitar el lanzamiento de petardos en estas y otras fechas donde se utiliza la pirotecnia, que afecta tanto a animales como a humanos.